04 Jun Hit
Hola,
En la madrugada de un día como hoy, el 15 de abril de 1931, el ya exrey Alfonso XIII se encontraba en el crucero «Príncipe Alfonso», tras haber salido el día anterior de Madrid por la puerta trasera del Palacio Real, mientras la gente celebraba en las calles la proclamación de la II República. Abandonó Madrid al volante de su Duesemberg, dejando atrás a su mujer y a sus dos hijos enfermos, entre ellos el príncipe de Asurias, para embarcar en Cartagena hacia Marsella.
A las 5:55 puso pie en suelo francés tras llorar al despedirse de los oficiales del buque, que izó la bandera republicana tras desembarcar al exmonarca. El nombre del barco cambió de «Príncipe Alfonso« a «Libertad» y se retiraron durante el viaje de vuelta a Cartagena todos los retratos de la familia real y símbolos monárquicos.
Tras su salida, su vida consistió en residir entre Suiza y la Italia fascista de Mussolini y en viajar alojándose en hoteles de lujo pagados gracias a la fortuna calculada en 140 millones de euros que tenía depositada en numerosas cuentas bancarias suizas e inglesas. No tuvo empacho alguno en apoyar fervientemente a los golpistas del 18 de julio de 1936 y mostrar su apoyo incondicional a Franco, llegando a afirmar que se sentía «un falangista de primera hora». Incluso bendijo el traslado a España de su hijo Juan para luchar junto a Emilio Mola, pero este rechazó su presencia y lo puso de nuevo en la frontera francesa.
En 2015 publicamos nuestro libro Te cuento…el traje nuevo del emperador, en el que un reyezuelo de un cercano reino (tan cercano que si saltas caes sobre él) tuvo que abandonar el país «por todos los desmanes causados a lo largo de su poco mandato». Como escribe Felipe Zapico en el cuento «El traje nuevo del emperador 2.0», «En una larga caravana de despedida se fueron añadiendo, elefantes abatidos, negocios oscuros, amores de marquesas recauchutadas, patriotismo descafeinado y naftalina en gran cantidad».
El cuento de Felipe Zapico se acompaña en el libro por un trabajo fotográfico de Clemente Bernad realizado en Madrid durante la boda de Felipe Borbón y Letizia Ortiz y su posterior coronación.
En el libro se incluye la letra del hit mundial #abolición, que se escuchó por todo el país entonado con entusiasmo por la ciudadanía.
Si te interesa el libro, puedes adquirirlo en nuestra tienda. Si lo haces durante esta semana, te obsequiaremos con un ejemplar de nuestro Te cuento…la Cenicienta, para recordar que nuestra Cenicienta no es amiga ni súbdita de ningún príncipe azul ni de ningún otro color.
Salud.
PD. El 26 de noviembre de 1931 el exmonarca Alfonso fue condenado por alta traición por las Cortes de la República, en un acta en la que se decía explícitamente que «Don Alfonso de Borbón será degradado de todas sus dignidades, derechos y títulos, que no podrá ostentar ni dentro ni fuera de España, de los cuales el pueblo español, por boca de sus representantes elegidos para votar las nuevas normas del Estado español, le declara decaído, sin que se pueda reivindicarlos jamás ni para él ni para sus sucesores». A partir de su publicación, «cualquier ciudadano español podrá aprehender su persona si penetrase en territorio nacional».
PD2. Sin embargo, tras su fallecimiento en 1941 en Roma, permaneció allí enterrado hasta 1980, cuando su nieto Juan Carlos decidió devolverlo a España. Fue enterrado en el Panteón Real del Monasterio de El Escorial en un funeral presidido por su nieto y en presencia del presidente del Gobierno, miembros del Consejo de Ministros, autoridades militares, miembros de la aristocracia, cuerpo diplomático, etc.
PD3. Monseñor Tarancón celebró el funeral, en el que aludió al gran amor de Alfonso XIII por España, que alcanzó su gesto máximo en alejarse del país, dijo, para evitar derramamiento de sangre.
PD4. En un chiste publicado por la revista La Rambla sobre la salida del exrey Alfonso, él decía que se tenía que ir para evitar un derramamiento de sangre. «¿Qué sangre?», le preguntaba un periodista. «La mía», respondió. Bueno, en realidad igual no era un chiste.
PD5. Lo que tampoco es un chiste es que su bisnieto Felipe ostente la Jefatura de Estado simplemente porque el dictador Franco decidiera restaurar la monarquía en su padre Juan Carlos. Ya que las monarquías se basan en derechos sucesorios, se podría plantear que heredasen también el acta condenatoria por alta traición. Lo que nos íbamos a reír.
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