Soy Compañero

Soy Compañero

Hola,

 

Un día como hoy, el 25 de septiembre de 2012, tuvo lugar la manifestación llamada Rodea el Congreso, que persiguió rodear con miles manifestantes el Congreso de los Diputados en Madrid en protesta por la situación política y «para rescatarlo de un secuestro que ha convertido a esta institución en un órgano superfluo».

 

En principio la manifestación fue autorizada por la Delegación del Gobierno en Madrid (PP), pero se restringió el paso por casi todas las calles de la zona, y los 1350 agentes antidisturbios de la UIP desplegados terminaron disolviéndola con extrema violencia.

 

Los agentes llegaron al extremo de entrar completamente enardecidos en la estación de Atocha, arremetiendo contra cualquiera que se encontrara en el interior, como multitud de personas que esperaban a los trenes de Cercanías Renfe. El resultado fue de 34 detenidos y 64 heridos.

 

En 2015 publicamos el libro “«Te cuento…las zapatillas rojas», en el que Belén Gopegui cuenta la historia de Sofía, Carmen y Natalia, tres justicieras de los cuentos que se han propuesto cuestionar abiertamente la manera en que se nos han presentado los cuentos clásicos.

 

El relato fotográfico que acompaña al cuento muestra la decisiva movilización social conocida como Movimiento 15M, Los Indignados, Toma la plaza o Spanish Revolution, surgida tras la manifestación del 15 de mayo de 2011 bajo el lema «¡Democracia Real Ya! No somos mercancía en manos de políticos y banqueros».

 

El libro contiene también imágenes de las cargas policiales del 25-S en la plaza de Neptuno.

 

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Te recordamos que desde este próximo miércoles 27 de septiembre hasta el domingo 1 de octubre estaremos en la feria de editoriales de Navarra que organiza Editargi.

 

El sábado 30 a las 13:00 Clemente Bernad presentará su libro Cerca de aquí / Hemendik hurbil, en el área de eventos y presentaciones de la propia feria.

Nos vemos allí.

 

Salud.

 

PD. En uno de los vídeos más compartidos en internet de las cargas policiales del 25-S, varios agentes antidisturbios arremetieron contra alguien que se mostraba especialmente violento. Cuando el manifestante encapuchado cayó al suelo, empezó a gritar: «¡soy compañero, soy compañero! ¡que he dicho que soy compañero, coño!». Finalmente, uno de los agentes uniformados le hizo caso y avisó al resto de que efectivamente era un agente infiltrado.

Un clásico.

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