BUSCA EN EL ESPEJO

Por una vez en su vida Blancanieves se comportó con inteligencia: aunque últimamente era mucho más cuidadosa al rozarse con colibríes o pétalos de alelí, hoy había pisado el champiñón a propósito porque ya había tenido experiencias con los champiñones y sabía que era particularmente sensible a los champiñones
y a otros hongos que nacían en la oscuridad y al pie de los árboles.
Luego siguió caminando con mucho cuidado de no pisar ninguna seta más y llegó a la famosa casita en mitad del bosque. Mira, mira dentro de mí, bien al fondo. Sí, ves bien, no te equivocas: los enanitos eran un manojo de hijos abandonados de Blancanieves. No estaban contentos, sino muy resentidos contra una madre que los había olvidado.

 

 

Extracto de «Te cuento…Blancanieves», con texto de Marta Sanz y fotografías de Clemente Bernad. Publicado en noviembre de 2014.

 

 

No Comments

Post A Comment